Un diente roto: Pasa mucho, lo solucionamos rápido

Un traumatismo dental, o como se suele decir, un diente roto, es una de las situaciones que más estrés nos puede provocar en la consulta. La urgencia con la que el paciente nos requiere tras el accidente, significa abrir hueco en nuestra agenda diaria para dar respuesta esa situación imprevista que para el accidentado suele suponer una ansiedad palpable. Por nuestra parte, de entrada, intentamos calmar ese nerviosismo que llega mezclado con dolor, la segunda cuestión a tener muy en cuenta y atajar. Si se trata de pacientes niños con lesiones en el frente anterior, añade más dramatismo a la situación, que puede ser exacerbada en caso de adolescentes, por la atención que prestan a su imagen.

Ante esta situación lo primero es no contagiarse del nerviosismo y no tratar de paliar la ansiedad con falsas promesas. En nuestra clínica seguimos a pie juntillas el protocolo establecido para estas situaciones, tanto por la sociedad americana como por la española de endodoncia, y a sus puntos tenemos que ceñirnos escrupulosamente. Puede parecer frío o mecánico, pero su contenido está firmemente fundamentado en la experiencia, lo que nos evitará muchas dudas en cuanto a la pauta a seguir y clarificará el pronóstico que podemos dar al paciente y/o sus padres. En la mayoría de los casos el paciente sale de consulta mucho más tranquilo, sin dolor y con su problema resuelto.

Os mostramos un ejemplo en este caso: traumatismo deportivo en un adulto joven, tratado en la clínica siguiendo el protocolo de la International Association Dental Traumatology.

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